El entorno laboral actual es muy distinto al de las generaciones anteriores. Vivimos conectados permanentemente todos los días y a todas horas, la línea que divide lo personal y lo laboral se ha vuelto muy fina. La transformación digital está afectando a todos los aspectos de nuestras vidas. Afecta a la atención, la productividad y el bienestar de las personas.
Debemos tomar conciencia del impacto que las nuevas tecnologías están ocasionando en nuestro rendimiento profesional.
Cada día estamos más estresados y dispersos, el exceso de información intoxica. En Estados Unidos incluso se ha tipificado un nuevo trastorno psicológico, el IFS, Information Fatigue Syndrome, que se puede traducir cómo síndrome de fatiga por la información. La persona que la sufre experimenta confusión mental, angustia y miedo a colapsarse. Limitar la infoxicación es una forma de devolver la calma a nuestras vidas.
Diariamente en nuestro trabajo sufrimos una interrupción cada 8 minutos esto nos impide centrar nuestra atención de manera prolongada en una tarea. Lo que nos lleva a una disminución de nuestra productividad y de la calidad de los trabajos realizados. Estamos de cuerpo presente pero nuestra mente divaga entre nuestras “cosas” pasadas o futuras, y esto tiene un alto coste para nosotros como personas y como empleados.